Historia del injerto capilar

Historia del injerto capilar

24 Junio del 2022

Por: Dra. Karen Jimenez

 

La alopecia, desde hace mucho, ha representado un problema para los hombres, es por ello que el trasplante capilar es un tratamiento definitivo para combatirla.

Pero ¿cómo se origina este tratamiento?, ¿cuáles son sus antecedentes históricos?.

Este tratamiento ha pasado por varios cambios a lo largo del tiempo, desde mejoras en la técnica, hasta la cantidad de unidades que pueden ser trasplantadas.

El trasplante capilar, tal y como lo conocemos hoy, es el fruto de una larga y exitosa evolución que se inició hace casi 200 años.

 

Primeros registros

 

Según ciertos documentos, se conoce que en 1800, fue por  Baromio quien realizó el 1er trasplante de pelo con éxito en animales, pero el primero en realizar un autotrasplante de pelo con éxito para el tratamiento de la alopecia producida por cicatrices traumáticas fue en 1822, se realizó en Alemania, por el Dr Unger, profesor universitario, y su alumno Diffenbach. Los autores realizaron estudios en animales y humanos que calificaron como un éxito, aunque existen muy pocas referencias posteriores a este trabajo .Tras lo cual dijo:  tunc calvities res rara erit (la calvicie será algo raro).

No ha llegado a cumplirse del todo su previsión, porque la calvicie existe pero a diferencia del pasado, ahora hay una solución disponible para quien lo desee.

Trasplante capilar y Segunda Guerra Mundial

En 1939 un dermatólogo japonés llamado Okuda describió el método del trasplante de pelo utilizando injertos de piel total que contenían folículos pilosos en el bigote, las cejas y el cuero cabelludo a través de un sistema de punch o perforación (método que continúa hasta la fecha). En los años 40, el Dr Tamura evolucionó dichas técnicas empezando a utilizar injertos de un solo pelo, lo que posteriormente se acuñó como microinjerto, muy similar al trasplante capilar actual.  En 1953 el Dr. Fujita realizó reconstrucciones en cejas de leprosos, alopecias por quemadura, cejas y pestañas alopécicas debidas a nevus pigmentados, ausencia de pelo púbico, alopecia areata en zona occipital, vitíligo alrededor de la boca y bigote. 

Sin embargo, estos trabajos, escritos en japonés y en época de segunda guerra mundial, no tuv ieron impacto inmediato.

Durante los siguientes años, la literatura sobre trasplante capilar fue muy escasa. No obstante, en cirugía reconstructiva, se sucedían algunos reportes sobre repoblación de alopecias por cicatrices mediante colgajos o injertos de piel pilosa.

 

Décadas de cambio y revolución

En 1950, Dr. Barsky observó que los injertos procedentes de áreas como la axila o pubis injertados en la cara o en el cuero cabelludo daban lugar al crecimiento de un pelo diferente del anexo, debido a que el tipo de pelo de la zona donante era completamente diferente de la zona donde existía el defecto.

En 1959 el Dr. Norman Orentreich, introdujo un nuevo concepto al tema de injerto capilar: “injerto donante-dominante”, mediante el cual se describe que: “los injertos trasplantados continúan mostrando las mismas características de la zona de la cual han sido obtenidos”. Finalmente este doctor observó la posibilidad de realizar este tipo de tratamiento en aquellos pacientes afectados de alopecia androgenética. En la historia y evolución del trasplante capilar este es uno de los nombres que más mella hicieron, pues añadió un dato fundamental en el avance del procedimiento, al reconocimiento de los folículos pilosos, se le añadía saber que en la parte posterior de la cabeza eran mucho más fuertes y resistentes que en la parte superior, por tanto, el traslado de estos pelos más sanos y resistentes a la parte superior de la cabeza prometía salir bien.

Este estudio, a nivel teórico, fue revolucionario y abrió camino para los posteriores avances. Esto provocó un aumento de los cirujanos que empezaron a realizar sus primeras intervenciones y durante los años 60’s y 70’s el trasplante capilar presentó el primer “boom” de popularidad. Sin embargo, a nivel técnico, la extracción se realizaba mediante punch de 4mm. Esto, aunque aportaba un impresionante crecimiento de pelo, presentaba un resultado de aspecto artificial en “pelos de muñeca”, lo que para muchos era estéticamente inaceptable.

En búsqueda de la naturalidad

A partir de los años 80’s, diferentes cirujanos capilares de todo el mundo empezaron a refinar la técnica de la cirugía, disminuyendo el tamaño del punch, pasando a realizar mini injertos (hasta 12 folículos) y microinjertos (hasta 4 folículos), con lo que se podían obtener resultados mucho más naturales.

Se descubrió la posibilidad de recolectar franjas de pelo y así reducir el tamaño de los injertos. Esto se llama FUT, que quiere decir trasplante de unidades foliculares (en inglés Follicular Unit Transplantation). Estos fueron los inicios de lo que conocemos hoy como técnica FUSS (Follicular Unit Strip Surgery) o Tira, este proceso de cambio hacia el trasplante capilar más moderno fue progresivo y lento, ya que muchos cirujanos pensaban que implantando injertos más pequeños no se podían obtener unas densidades tan importantes como se conseguían con los punch. Sin embargo, poco a poco el cambio se fue asentando y el trasplante capilar gozó de una nueva ola de popularidad.

 

En estas franjas de pelo se aíslan los folículos saludables y resistentes, para después usar estos específicamente en las áreas vacías y así asegurar una disposición concreta en base a la densidad natural. Esto, finalmente, acababa con el efecto antinatural anterior, y traía una nueva era para todos aquellos que querían terminar con su calvicie.

 

¿Qué técnica disfrutamos hoy en día?

 

Al método FUT le ha seguido lo que se conoce como FUE, que significa extracción de unidades foliculares, o en inglés Follicular Unit Extraction. Consiste en la extracción de unidades foliculares, como su propio nombre indica, por medio de micro punzones y una anestesia local que ayuda a que el paciente no sienta ningún tipo de molestia. Además, aunque después de la intervención el paciente tiene pequeños agujeros en la zona baja de la cabeza, de donde viene el cabello donante, esto no necesita ningún punto de sutura y sana al paso de unos pocos días.

 

Fue a principios de los 2000 cuando se produjo el último gran salto del trasplante capilar hasta la fecha: la introducción de la técnica FUE. Esta técnica de extracción es la más utilizada hoy en día y consiste en la extracción individual de cada unidad folicular mediante micropunch de 0,7mm – 1mm.

 

A partir de la implantación de este nuevo método que permite unos resultados efectivos y naturales sin necesidad de cicatriz en la zona donante.

 

El trasplante capilar ha conseguido derribar muchos de los mitos y prejuicios que durante muchos años han caído sobre él. Actualmente podemos asegurar que el trasplante capilar es una cirugía refinada, segura, confiable y  de importante prestigio que permite restaurar la alopecia y mejorar la calidad de vida y devolver la autoestima  a millones de pacientes cada año en todo el mundo.

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio utiliza cookies para ofrecerle una mejor experiencia de navegación. Al navegar por este sitio web, acepta nuestro uso de cookies.
Escanea el código